Abr 22, 2024 | Infecciones de transmisión sexual, Infecciones de transmisión sexual, Infecciones de transmisión sexual, Infecciones de transmisión sexual, Infecciones de transmisión sexual, Infecciones de transmisión sexual, Salud sexual y reproductiva
Tanto las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), como las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), representan un desafío para la salud pública. Son causadas por microorganismos como virus, bacterias, hongos y parásitos que se transmiten de persona a persona a través de actividades sexuales, contacto íntimo o durante el embarazo, parto o lactancia. Comprender la diferencia entre infecciones y enfermedades de transmisión sexual, así como saber cómo prevenirlas, reconocer los signos de alarma y cuándo buscar atención médica es vital para proteger tu salud sexual y reproductiva.
Diferencia entre Infecciones y Enfermedades de Transmisión Sexual
La diferencia principal entre infecciones y enfermedades de transmisión sexual radica en la terminología utilizada y la gravedad de la condición. Las infecciones de transmisión sexual se refieren a la presencia de microorganismos patógenos en el cuerpo, mientras que las enfermedades de transmisión sexual implican síntomas o manifestaciones clínicas resultantes de estas infecciones.
Por ejemplo, la clamidia y la gonorrea son infecciones de transmisión sexual causadas por bacterias que pueden ser asintomáticas en algunos casos. Sin embargo, si no se tratan, pueden progresar y causar enfermedades como la enfermedad inflamatoria pélvica o la uretritis. Por otro lado, el herpes genital y la sífilis son ejemplos de enfermedades de transmisión sexual que presentan síntomas clínicos evidentes, como úlceras genitales en el caso del herpes o lesiones cutáneas en la sífilis.
Aunque a menudo se utilizan como sinónimos, es importante comprender sus distinciones.
Infecciones de Transmisión Sexual (ITS)
– Se producen cuando una persona contrae un patógeno (virus, bacteria, hongo o parásito) a través de relaciones sexuales sin protección.
– Pueden ser asintomáticas o presentar síntomas leves que no permiten un diagnóstico certero.
– No siempre se transforman en enfermedades, y una persona puede tener una ITS sin desarrollar una ETS.
– Ejemplos comunes de ITS incluyen la sífilis, la gonorrea, la clamidia y la tricomoniasis.
Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS)
– Son consecuencia de las infecciones. Esto significa que, debido a una infección, se desarrolla una enfermedad.
– Las ETS también son causadas por bacterias, hongos y virus, y pueden derivar en patologías más graves.
– Ejemplos de ETS incluyen el VPH, el VIH, la sífilis y la gonorrea.
– Varios tipos de cáncer genital y del sistema reproductivo son producidos por el avance del virus de papiloma humano (VPH).
En resumen, una ITS se refiere al estado de infección, mientras que una ETS se manifiesta como una enfermedad específica. Ambos términos están relacionados con la salud sexual y reproductiva, y es fundamental tomar medidas preventivas y realizar controles médicos regulares para proteger nuestra salud
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Prevención de Infecciones y Enfermedades de Transmisión Sexual
La prevención de las ITS/ETS se logra mediante múltiples estrategias:
- Educación Sexual Integral: La educación sexual integral que aborda temas como la anatomía, la salud reproductiva, la prevención de enfermedades y el consentimiento es fundamental desde una edad temprana. Promover la conciencia sobre las ITS/ETS, sus modos de transmisión y la importancia del uso de métodos de protección es clave.
- Uso de Métodos de Barrera: El uso consistente y correcto de métodos de barrera, como el condón, reduce significativamente el riesgo de transmisión de ITS/ETS. Además, los métodos anticonceptivos de larga duración, como el dispositivo intrauterino (DIU, conocido como T anticonceptiva) y el implante, protegen contra embarazos no deseados pero no previenen las ITS/ETS, por lo que se deben usar junto con métodos de barrera.
- Pruebas de Detección: Realizarse pruebas periódicas de detección de ITS/ETS, especialmente después de haber tenido relaciones sexuales sin protección o si se ha tenido contacto con una persona infectada, es fundamental. Si se detecta una infección, es importante seguir el tratamiento recetado por el equipo de salud y notificar a las parejas sexuales para que también puedan recibir tratamiento.
- Pactar protección con Parejas Sexuales: acordar el uso de protección con parejas sexuales y acordar hacerse pruebas periódicas de ITS puede disminuir el riesgo de exposición a estas infecciones.
- Vacunación: La vacunación contra enfermedades como el virus del papiloma humano (VPH) y la hepatitis B es una estrategia efectiva para prevenir ciertas ITS/ETS. Es importante seguir el calendario de vacunación recomendado por el servicio de salud.
Signos de Alarma y Cuándo Solicitar una Consulta Médica
Es fundamental prestar atención a los signos de alarma que podrían indicar la presencia de una ITS/ETS:
- Secreción inusual del pene o la vagina.
- Dolor o ardor al orinar.
- Úlceras genitales, verrugas o lesiones cutáneas.
- Picazón, enrojecimiento o inflamación en el área genital.
- Dolor abdominal, pélvico o durante las relaciones sexuales.
- Sangrado vaginal anormal.
- Síntomas de infección del tracto urinario.
Si experimentas alguno de estos síntomas después de haber tenido relaciones sexuales o sospechas de una infección, hazte una prueba de inmediato. En Oriéntame puedes encontrar combos de exámenes para varias ITS.
En conclusión, la diferencia entre infecciones y enfermedades de transmisión sexual radica en la manifestación de la enfermedad. La prevención de las ITS/ETS se basa en la educación, el uso de métodos de protección, y la detección temprana. Reconocer los signos de alarma y buscar atención médica cuando sea necesario son pasos importantes para proteger tu salud sexual y reproductiva.
Feb 13, 2024 | Sin categoría
Hoy 13 de febrero se conmemora el día internacional del condón, uno de los métodos más efectivos, fáciles de usar y económicos que existen; clave para prevenir la infección por VIH, la sífilis, la clamidia y la hepatitis B y C, entre otras.
El uso consistente y correcto de condones es una de las mejores maneras de evitar la transmisión del VIH durante las relaciones sexuales. Asegúrate de usarlo correctamente antes de comenzar cualquier tipo de contacto sexual, durante todo el tiempo de la relación sexual y en todos los encuentros sexuales, especialmente aquellos de tipo insertivo, esto es penetración anal, oral o vaginal. Y no olvides tener presente el uso de condones al compartir juguetes sexuales como dildos y vibradores.
Ya no hay excusa, recuerda que hoy día existen condones insertivos y receptivos (antiguamente conocidos como condón masculino y femenino). Experimenta con diversas marcas, tallas y texturas hasta encontrar el adecuado para tu anatomía y gustos. Invitar a tu pareja a ensayar y conocer opciones de preservativos puede ser un plan excitante y divertido.
Aquí hay otras medidas Claves para prevenir la infección por VIH:
- Infórmate: Conocer sobre el VIH, demás infecciones sexuales, cómo se transmiten y cómo prevenirlas salva vidas. También puedes aprender sobre el uso correcto del condón y sobre las pruebas del VIH, así como sobre los tratamientos profilácticos pre exposición PrEP y post exposición PEP, en especial si tu o tu(s) pareja(s) sexual(es) están expuestos a situaciones de riesgo.
- Elimina el estigma: Es importante reducir el estigma y la discriminación relacionados con el VIH. Al hacerlo, las personas estarán más dispuestas a hacerse pruebas y a recibir tratamiento si tienen la infección. Además, recuerda que no hay poblaciones de riesgo sino situaciones y conductas riesgosas, pues potencialmente todas las personas tenemos la posibilidad de adquirir la infección.
- Evita prácticas riesgosas en tus relaciones sexuales: el riesgo de infección por VIH aumenta con el número de parejas sexuales y con ciertos tipos de contacto sexual sin protección, como el sexo anal, oral o vaginal sin condón.
- Hazte pruebas de VIH: hacerte hacerte exámenes periódicos es importante para saber si tienes la infección. Esto además te permitirá hacer un tratamiento temprano y prevenir la enfermedad por VIH, también conocida como fase sindrómica o SIDA. La Organización Mundial de la Salud – OMS recomienda que toda persona entre 13 y 63 años se haga la prueba. Clic aquí si necesitas un test de VIH sin salir de casa.
- Abstente de compartir agujas: el uso compartido de jeringas, agujas y otros materiales de inyección puede transmitir el VIH y otras infecciones. Si usas drogas, asegúrate de usar jeringas estériles de un solo uso.
- Usar profilaxis pre exposición (PrEP): La PrEP es una medicación que se toma antes de tener relaciones sexuales con una persona que vive con VIH o si tu pareja es de alto riesgo, esto reduce significativamente la posibilidad de contraer VIH.
- Ponte en tratamiento: Si vives con VIH, es importante recibir tratamiento temprano. El tratamiento antirretroviral (TAR) puede ayudar a reducir la cantidad de virus en tu cuerpo y prevenir la progresión de la enfermedad. Las personas que usan TAR pueden bajar su carga viral a niveles indetectables, esto hace que la infección sea intrasmisible.
Es importante recordar que el VIH aun no tiene cura, al igual que otras infecciones sexuales. Sin embargo, con educación, tratamiento antirretroviral y prácticas seguras se pueden llevar vidas saludables por décadas.
Prevenir infecciones de transmisión sexual, como el Virus de Inmunodeficiencia Humana VIH, causante de la enfermedad de SIDA, es esencial para protegerse a sí y a las demás personas.
Nov 10, 2023 | Sin categoría
La hepatitis C es una infección viral que afecta principalmente al hígado, pudiendo provocar desde una inflamación leve hasta enfermedades graves como la cirrosis o el cáncer hepático.
Esta infección, a menudo silenciosa en sus etapas iniciales, plantea un desafío significativo en términos de salud pública. La información y la concienciación son cruciales para su prevención y tratamiento, ya que muchos portadores del virus no son conscientes de su estado debido a la falta de síntomas evidentes.
En este artículo, exploraremos los aspectos esenciales de la hepatitis C, incluyendo sus síntomas, causas y las opciones de tratamiento disponibles, con el fin de proporcionar una comprensión clara y útil sobre esta infección.
¿Qué es la hepatitis C?
La hepatitis C es una enfermedad infecciosa causada por el virus de la hepatitis C (VHC), que ataca principalmente el hígado. Tras la infección, el virus puede causar inflamación hepática, y en casos crónicos, llevar a daños más serios como fibrosis, cirrosis e incluso cáncer de hígado.
El hígado, afectado por esta enfermedad, es un órgano vital que cumple funciones esenciales en el cuerpo, como la filtración de toxinas, la regulación de la coagulación sanguínea, el almacenamiento de energía y la producción de sustancias importantes para la digestión.
Cuando el VHC daña el hígado, estas funciones pueden verse comprometidas, afectando significativamente la salud general de las personas.
La hepatitis C se caracteriza por su tendencia a convertirse en una infección crónica en una gran proporción de los casos. En las etapas iniciales, es común que no presente síntomas claros, lo que hace que muchas personas vivan con el virus sin saberlo y, por lo tanto, sin recibir el tratamiento adecuado.
Por estas razones, la detección temprana y el tratamiento son esenciales para prevenir el deterioro de la salud hepática y sus complicaciones asociadas.
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Causas de la hepatitis C
La hepatitis C se transmite principalmente a través del contacto con sangre infectada. Las vías de transmisión más comunes incluyen:
Uso de drogas inyectables:
Compartir agujas o jeringas contaminadas es una de las formas más frecuentes de transmisión del VHC.
Procedimientos médicos con instrumentos contaminados:
La exposición a equipos médicos no esterilizados adecuadamente también puede ser una fuente de infección.
De madre a hijo durante el parto:
Aunque menos común, el VHC puede transmitirse de una madre infectada a su bebé durante el parto.
Relaciones sexuales con una persona infectada:
Si bien es menos común, la transmisión sexual del VHC es posible, especialmente en relaciones sexuales no protegidas y en individuos con múltiples parejas sexuales.
Síntomas de la hepatitis C
La hepatitis C puede manifestarse de manera diferente según sea aguda o crónica, y en muchos casos, puede ser asintomática, especialmente en las etapas iniciales.
Hepatitis C aguda:
En las primeras semanas o meses tras la infección, la hepatitis C aguda rara vez presenta síntomas. Si aparecen, pueden incluir:
- Fatiga y debilidad.
- Náuseas o vómitos.
- Dolor abdominal, especialmente en la zona del hígado.
- Orina oscura y heces pálidas.
- Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).
Hepatitis C crónica:
La infección se considera crónica cuando persiste durante más de seis meses. La mayoría de los casos de hepatitis C entran en esta categoría.
Los síntomas de la hepatitis C crónica pueden ser leves o ausentes durante muchos años, pero a medida que la enfermedad progresa, pueden aparecer síntomas como:
- Fatiga constante.
- Dolores musculares y articulares.
- Problemas de memoria y concentración.
- Signos de cirrosis hepática, como ascitis (acumulación de líquido en el abdomen) y hemorragias internas.
Asintomáticos:
Un aspecto notable de la hepatitis C es que muchos casos permanecen asintomáticos durante años, lo que significa que las personas infectadas no presentan síntomas.
Esta ausencia de síntomas puede llevar a un diagnóstico tardío y a un mayor riesgo de daño hepático a largo plazo.
Debido a esta naturaleza a menudo silenciosa de la hepatitis C, especialmente en sus etapas tempranas, la realización de pruebas de detección en personas con factores de riesgo es esencial para un diagnóstico temprano y efectivo.
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Tratamiento de la hepatitis C
El tratamiento de la hepatitis C ha experimentado avances significativos en los últimos años, mejorando considerablemente las perspectivas para las personas afectadas por este virus.
Los tratamientos modernos para la hepatitis C utilizan antivirales de acción directa (AAD), que atacan específicamente al virus para evitar que se reproduzca en el cuerpo.
Estos tratamientos han demostrado ser altamente efectivos, con tasas de curación superiores al 90% en muchos casos.
Los regímenes de tratamiento suelen durar de 8 a 12 semanas y son mucho menos invasivos y con menos efectos secundarios que los tratamientos antiguos basados en interferón.
Importancia de la detección y el tratamiento temprano:
La detección temprana del VHC es vital para prevenir el desarrollo de complicaciones graves como la cirrosis o el cáncer hepático.
Un tratamiento oportuno puede eliminar el virus, reduciendo el riesgo de daño hepático y mejorando la calidad de vida.
Si crees que podrías estar en riesgo de haber contraído la hepatitis C, no dudes en acercarte a Oriéntame. Ofrecemos una toma de muestra para la prueba rápida de ITS incluída la hepatitis C, seguida de asesoría y entrega de resultados.
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