Alternativas a anticonceptivos hormonales

¿Y tú, también has tenido inconvenientes con tus anticonceptivos hormonales?

Aprovechamos la pregunta de Jimena desde Tunja – Boyacá: “Si los métodos de hormonas me sientan mal ¿qué opciones tengo?” para aclarar varios temores, sobre los efectos secundarios en anticoncepción hormonal.

A diario recibimos miles de preguntas sobre interrupción del embarazo y otros temas relacionados con embarazo no deseado y su prevención, #OriéntameParaDecidir es una serie de videos breves para dar respuestas sencillas a estos interrogantes.

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Enfermería y promoción de la salud sexual

Enfermería y promoción de la salud sexual

Promoción de la salud sexual un reto para los profesionales de enfermería

Por Andrea Carolina Ladino Ladino* y Sandra Milena Morales Calderón**

El gran desafío del profesional de Enfermería es promover la salud sexual a través de estrategias que contribuyan al desarrollo de los seres humanos, con el fin de apoyar al individuo en la toma de decisiones informadas y conscientes basadas en sus principios éticos. Todo esto enfocado en un solo objetivo, el goce pleno de la sexualidad.La Enfermería sustenta su objetivo primordial en el cuidado, es la base que cimienta esta disciplina, de allí parte el fundamento teórico y práctico de cada una de las actividades que desempeña el profesional de Enfermería, enfocándose en el bienestar holístico del ser humano sujeto de cuidado.
La sexualidad ha alcanzado grandes avances en los últimos tiempos, pero a pesar de ello, continúa reprimida por una sociedad donde priman las ideologías primitivas y los prejuicios, esto se puede vislumbrar en ejemplos como la inequidad de género, el modelo imperante de la genitalidad como único goce a nivel sexual y, por ende, la sexualidad como un sistema netamente orgánico (1) (2).Para avanzar en la promoción de la salud sexual, lo primero es conocer qué significa la sexualidad; en Colombia, el Ministerio de Educación Nacional define la sexualidad como “una construcción social simbólica, hecha a partir de una realidad propia de las personas: seres sexuados en una sociedad determinada. Como tal, es una dimensión constitutiva del ser humano: biológica, psicológica, cultural, histórica y ética, que compromete sus aspectos emocionales, comportamentales, cognitivos y comunicativos tanto para su desarrollo en el plano individual como en el social” (3).
A partir de esta definición se concluye que la esfera sexual compromete la integralidad del individuo y, desde este punto, debe partir toda acción encaminada al objetivo de una salud sexual universal. Lo primero es darle la importancia que merecen los derechos sexuales y reproductivos, promoviendo su ejercicio y empoderamiento por parte de la comunidad, concibiéndolos como el eslabón que debe enlazar los planes, programas y proyectos que se forjen en torno a la promoción de la salud sexual.Los derechos sexuales establecen “el derecho de todo ser humano a vivir y disfrutar su sexualidad independientemente de su sexo, edad, condición social, religiosa, económica o política. Todo individuo tiene derecho de elegir la forma que prefiera para disfrutar su sexualidad. Se habla de la aceptación legitimada (tolerancia) a la diversidad, enfatizando también en la responsabilidad social por parte del sujeto activo, clarificando que todo vale en comportamiento sexual, siempre que exista consentimiento libre por parte de las personas involucradas en la experiencia erótica”.Si se analiza lo establecido por los derechos sexuales, es claro que la responsabilidad juega un papel fundamental en el ejercicio de la sexualidad y la bioética debe prevalecer en toda acción relacionada con la sexualidad, para que primen los valores y principios de cada ser humano. Es esencial aclarar que la bioética en la sexualidad a diferencia de la moral, no prohíbe las prácticas sexuales, su objetivo es salvaguardar a las personas de ser lesionadas y proteger a quienes están en riesgo de sufrir daño, siendo coherentes con la tan anhelada equidad en salud (4).Teniendo en cuenta estas premisas, en el campo de la Enfermería es primordial idear estrategias que erradiquen el desconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos en la población; algunos estudios demuestran que este es un tema ignorado por un alto porcentaje de individuos (5) (6) (7).
Como segunda medida, el profesional de Enfermería debe asumir un papel educador, naturalizado en modelos integradores que nivelen los aspectos anatomofisiológicos con los aspectos sociales, psicológicos, éticos, culturales y espirituales del ser humano dando coherencia a lo anteriormente mencionado con respecto al significado de la sexualidad (8).Una de las herramientas que apoya al profesional de Enfermería en la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva es la asesoría, definida como un proceso de orientación dirigido hacia la persona, tiene como fin promover el auto cuidado en salud sexual y reproductiva por medio de decisiones basadas en información fidedigna; este proceso se caracteriza por el abordaje integral del individuo, incluyendo el medio donde se desarrolla; y es primordial que el profesional de Enfermería tenga los conocimientos necesarios para proporcionar una asesoría de calidad, encaminada a la satisfacción de necesidades identificadas durante la valoración de Enfermería, brindando un cuidado individualizado centrado en la particularidad de cada individuo, contemplando una relación reciproca donde se deben potencializar las capacidades y tener en cuenta los conocimientos previos de cada sujeto para direccionarlos hacia las metas establecidas (9).Es importante mencionar que para hacer realidad los planteamientos previamente mencionados y alcanzar la globalización de la salud sexual, emplazándola en un terreno palpable, lejos de la visión idealista en la que se encuentra actualmente, es fundamental formar educadores altamente calificados en esta temática. En el caso específico de los programas curriculares de Enfermería, estos apuntan hacia una formación integral, pero a pesar de ello el argumento biologicista continúa liderando, por lo cual es necesario fortalecer los planes educativos con otros tópicos que permitan formar profesionales con pensamiento crítico, capaces de articular los conocimientos teóricos y las habilidades prácticas a través del cumplimiento de funciones asistenciales, docentes, investigativas y administrativas, focalizando su desempeño profesional hacia la educación de la salud y prevención de enfermedades mediante la identificación de los determinantes sociales de la salud tanto individuales como colectivos, que influyen en los factores protectores y de riesgo de cada persona y población, con el objetivo de contribuir al bienestar general de los individuos, familias y comunidades (2).

 

BIBILIOGRAFIA:

1. Luces A, Tizón E, Porto M, Fernández C. La importancia de enfermería en la educación sexual plural durante los primeros años de la adolescencia: rompiendo estereotipos. ENE. Revista de enfermería. 2014; 8(2).

2. Perdomo A, Perdomo M. Rol del profesional de Enfermería en la educación de la sexualidad: hacia una estrategia de cambio. In XVI Coloquio Panamericano de Investigación en Enfermería; 2018; Cuba.

3. González Y, López V. Significados acerca de la sexualidad en estudiantes de psicología en Colombia. Revista latinoamericana. 2015 Diciembre; (21).

4. Luces A, Tizón E, Porto M, Fernández C. La importancia de enfermería en la educación sexual plural durante los primeros años de la adolescencia: rompiendo estereotipos. ene revista de enfermería. 2014; 8(2).

5. González G, González P. Significado de los derechos sexuales en estudiantes de licenciatura en Enfermería. Ramírez Rev. Iberoam. Educ. Investi. Enferm. 2016 Octubre; 6(4).

6. Chamorro F, Rodríguez F, De León R, Stocel S. Conocimientos, actitudes y prácticas sobre derechos sexuales y reproductivos en estudiantes del Campus Central de la Universidad de Panamá. Rev Med Panama. 2017; 37(3).

7. Fernández M, Cortés R. Exploración de los derechos sexuales y reproductivos: conceptos y elementos Claves. Entornos. 2018 Abril; 30(2).

8. Ministerio de salud y protección social. Protocolos para la atención de enfermería a la salud sexual y reproductiva de la mujer. [En línea].; 2014 [Citado 2019, Febrero 4] Disponible en: www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/PP/SM%20-Protocolos-de-enfermeria.pdf

9. Ministerio de salud y protección social, Fondo de población de las naciones unidas. Protocolos para la atención de enfermería a la salud sexual y reproductiva de la mujer. [En línea].; 2014 [Citado, Febrero 4] Disponible en: www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/PP/SM%20-Protocolos-de-enfermeria.pdf

 

Autoras invitadas

*Andrea Carolina Ladino Ladino es Enfermera de la Universidad Nacional de Colombia. Especialista en Cuidado Crítico con Énfasis en Neonatos, Universidad de la Sabana. Actualmente candidata a Maestría en Salud Sexual y Reproductiva, Universidad El Bosque.

**Sandra Milena Morales Calderón es enfermera,de la Universidad de Cundinamarca. Y actualmente es candidata a Maestría en Salud Sexual y Reproductiva, Universidad El Bosque.

 

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Enfoque de género ¿Por qué importa?

Enfoque de género ¿Por qué importa?

El concepto de Género en la construcción de una sociedad más justa y democrática.

Por Angélica Lorena Londoño*

 

Comprender el concepto de género y equidad de género, permite avanzar hacia un mundo más justo, en el que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades y sean libres de participar en diferentes espacios sin ningún tipo de discriminación, lejos de lo que socialmente se ha definido que “deben” hacer las mujeres o los hombres (roles); y con la plena satisfacción frente al ejercicio de sus derechos.

 

El género no es sinónimo de mujer.  Si bien es cierto, la historia marca el surgimiento de este concepto a partir de movimientos feministas a través de los cuales las mujeres invitaron a reflexionar ante las posiciones discriminatorias, las cuales no podían ser justificadas desde las diferencias biológicas entre hombres y mujeres y la supuesta inferioridad en capacidades producto de esas diferencias; no quiere decirse con esto que, cuando se atañe al concepto de género, se haga referencia exclusiva a las mujeres.

El término género nos concierne a todos, involucra a hombres y mujeres al igual que implica la atención de otras categorías como la edad, la etnia, la orientación sexual, la discapacidad y situaciones como el desplazamiento forzado, el conflicto armado, entre otras.

En este sentido, se reconoce la diversidad y heterogeneidad de las mujeres y de los hombres, lo cual guarda relación con el concepto de equidad de género, en tanto que implica el reconocimiento y valoración de dicha diversidad y la posibilidad de brindar un trato igualitario en tanto sujetos de derechos, y diferenciado desde sus propias necesidades.

Se entiende por “Género” a los conceptos sociales frente a las funciones, comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad considera apropiados para los hombres y las mujeres[1].  Esto quiere decir que, socialmente se han asignado una serie de roles que marcan lo que se espera frente al comportamiento del sexo masculino y el sexo femenino, lo cual se enseña desde temprana edad y se construye a través de la sociedad y la cultura.

Tradicionalmente, se atribuyen a las mujeres roles pasivos, de cuidado de los otros, de mayor sensibilidad y básicamente se espera que sean madres y esposas y se remitan al ámbito de lo privado, mientras que a los hombres se les atribuye la actividad, el poder, la fuerza y el rol de proveedores y se les otorga el ámbito de lo público[2].

Cuando se asume que hombres y mujeres deben comportarse de acuerdo con los roles que se les han atribuido, se pueden presentar inequidades dadas las diferencias en las funciones que a cada uno de estos grupos le han sido asignadas por la sociedad, y adoptar posturas discriminatorias cuando el comportamiento no es coherente con lo que se esperaría de cada sexo, o cuando se considera que una persona por el hecho de ser mujer u hombre, no está en la capacidad de realizar ciertas actividades o de acceder a determinadas oportunidades.

Esta postura frente a los roles de hombres y mujeres que se ha construido a través del tiempo, y ya que en su mayoría recae negativamente en el sexo femenino, ha generado situaciones de inequidad en las cuales las mujeres se han visto principalmente afectadas y con la necesidad de movilizarse para generar un cambio.

Por esta razón, la perspectiva de género tomó fuerza en los años 70’s a través de movimientos feministas que reclamaron por la igualdad y la no discriminación en razón del sexo y del género, cuya finalidad más allá de dar cuenta de una realidad injusta, fue promover una transformación que lograra erradicar las inequidades que se presentaban entre hombres y mujeres.

La perspectiva de género implica una transformación social de fondo para la búsqueda de condiciones de equidad, donde hombres y mujeres tengan la libertad de ejercer sus derechos y de construir contextos para el reconocimiento de las desigualdades, acogiéndose a los marcos normativos, políticos y socioculturales que han evolucionado en materia de reconocimiento de derechos, interiorizando comportamientos, prácticas y costumbres incluyentes y respetuosas de la diferencia.

En este sentido, la perspectiva de género tiene que ver con la postura que se adopta para el análisis de las situaciones, que desde un punto de vista sistémico, se relacionan con el género, tales como variables económicas, políticas, sociales, etc., y también variables que constituyen la definición de género en sí, como la orientación sexual, identidad de género, entre otras.

Por su parte, el enfoque de género centra la atención en las condiciones necesarias para garantizar derechos de acceso a bienes y servicios de la sociedad con justicia e igualdad. En la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo El Cairo, en 1994[3], se hizo énfasis en la importancia de eliminar las brechas entre hombres y mujeres y de propender por la igualdad de género, para que ambos puedan tener acceso a oportunidades que les permitan la plena efectividad de sus derechos.

Esto indica que debe haber imparcialidad en el trato que reciben mujeres y hombres de acuerdo con sus necesidades, ya sea con un trato igualitario o con uno diferenciado pero que se considera equivalente en lo que se refiere a los derechos, los beneficios, las obligaciones y las posibilidades[4].

Cuando se garantice que el enfoque de género trasciende a todos los ámbitos en los que se desarrollan las personas, se podrán detectar oportunamente factores de desigualdad discriminación y violencia, y movilizar acciones para transformar las situaciones que perpetúan esas inequidades, en procura de la construcción de identidades femeninas y masculinas que no se basen en los comportamientos que socialmente se le han asignado a hombres y mujeres, sino que se genere una distribución justa de los roles, para la construcción de una sociedad más equitativa y democrática.

En este sentido entender que, si bien es cierto, la historia ha marcado una pauta frente a lo que es socialmente admitido en cuanto al comportamiento de los hombres y las mujeres; es deber de todos incorporar en los diferentes espacios de socialización los conceptos de perspectiva de género y equidad de género, que permiten identificar obstáculos que impone la sociedad y que generan inequidades, para transformar y ofrecer una mirada incluyente tanto a hombres y mujeres desde sus intereses, necesidades y prioridades, posibilitando la participación de todos los seres humanos para la construcción de ciudadanía y el goce de condiciones para el beneficio común, principalmente en el ejercicio de sus derechos.

 

 * Autora invitada. Psicóloga, Universidad Santo Tomás. Candidata a Magíster en Salud Sexual y Reproductiva, Universidad el Bosque.


[1] Género y salud Organización Mundial de la Salud – OMS, 2018.

[2] Perrotta G. La perspectiva de género en salud sexual y reproductiva. Memorias del II Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología, XVII Jornadas de Investigación y Sexto Encuentro de Investigadores del MERCOSUR: Contribuciones a las Problemáticas Sociales. Argentina: Facultad de Psicología – UBA, Secretaría de Investigaciones, 2010.

[3] Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo. El Cairo. 1994.

[4] Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola FIDA. Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola FIDA. En línea 2017, disponible en: http://es.unesco.org/creativity/sites/creativity/files/digital- library/cdis/Iguldad%20de%20genero.pdf

 

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For english version: Sexual citizenship 2018 by Luis Miguel Bermudez

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