La citología vaginal, examen de papanicolau o más exactamente citología cérvicouterina, consiste en un frotis del cuello del útero o cérvix y es el examen preventivo más importante en la salud femenina.
Para alcanzar el cuello del útero se inserta un instrumento esterilizado llamado espéculo, este genera una pequeña apertura del canal vaginal y con el cuello uterino ya visible se toma una pequeña muestra de células mediante la técnica de frotado.
La muestra de células se analiza para descartar la presencia de virus de papiloma humano, que como se sabe es el causante de varias formas de cáncer ginecológico, sin embargo, la presencia de células anormales puede facilitar un diagnóstico temprano y un tratamiento exitoso del virus del papiloma.
Aunque la evolución del cáncer de útero tiene un periodo de evolución largo, aproximadamente 10 años, está enfermedad es una de las principales causas de muerte entre las mujeres y personas con útero en Colombia.
La recomendación profesional sugiere practicarse este examen cada tres años y en mujeres con factores de riesgo cada seis meses.
Preparación para la citología vaginal
- No aplicarse duchas vaginales, óvulos, espermicidas durante las 24 horas previas.
- Abstenerse de tener relaciones sexuales 48 horas antes del examen.
- Hacerla preferiblemente entre la segunda y tercera semana del ciclo menstrual.
- Tener presente la fecha de la última menstruación.
- Indicar al profesional el resultado de la última citología.
- El día del examen tomar una ducha normal.
No olvides consultar los resultados y revisarlos con el profesional de la salud.
Hay varios resultados posibles, cualquiera de ellos debe ser interpretado por un profesional en medicina:
Resultado negativo: no se detectaron celulas anormales ni lesión en los tejidos
Anormal: se dectectaron células epiteliales anómalas que requieren examenes adicionales para confirmar un dignóstico y definir un plan de tratamiento.
Otros resultados: este es otro resultado donde puede requerirse un examen adicional para descartar anomalias. Sin que exista una patología en mujeres perimenopausicas este tipo de resultado suele ser frecuente por causa del desgaste natural de los tejidos que recubren el interior de la vagina.