Los anticonceptivos hormonales —pastillas, inyecciones, implantes, dispositivos intrauterinos, parches o anillos— llevan décadas cambiando la vida de millones de personas al darles control sobre su fertilidad. Aun así, circulan ideas erróneas que generan dudas y miedo, limitando su uso y, en muchos casos, exponiendo a embarazos no planeados. Hoy desmentimos los mitos más frecuentes para que tomes decisiones informadas sobre tu salud reproductiva.

Mito 1: “Los anticonceptivos hormonales engordan”

Es cierto que algunas personas reportan retención de líquidos o cambios en el apetito durante los primeros meses. Sin embargo, múltiples estudios muestran que el aumento de peso significativo no se asocia directamente con los anticonceptivos hormonales. La variación de peso suele estar ligada a factores como dieta, manejo del estrés actividad física y predisposición genética. Si notas cambios importantes, lo mejor es hablar con tu profesional de confianza para ajustar el método o recibir consejos de alimentación y ejercicio.

 

Mito 2: “Provocan infertilidad a largo plazo”

El retorno a la fertilidad es rápido en la mayoría de los casos. Tras dejar las pastillas, por ejemplo, la ovulación suele restablecerse en un par de semanas; con los inyectables puede tardar unos meses más, pero no deja efectos permanentes. Tampoco hay evidencia de que el uso prolongado de anticonceptivos hormonales cause infertilidad. Si buscas embarazo y pasan 12 meses sin lograrlo (6 meses si tienes más de 35 años), es útil una valoración médica para descartar otras causas.

 

Mito 3: “Aumentan el riesgo de cáncer”

La información se ha simplificado de forma alarmista. Algunos estudios vinculan un ligero aumento de cáncer de mama o de cuello uterino mientras se usan ciertos métodos, pero el riesgo disminuye al suspenderlos. A la vez, los anticonceptivos hormonales reducen de forma importante la probabilidad de cáncer de endometrio, ovario y colon. Como en cualquier tratamiento, el balance riesgo-beneficio debe evaluarse en cada caso con el personal de salud.

 

Mito 4: “Solo son para adultas”

Los métodos hormonales son seguros para adolescentes y resultan clave para prevenir embarazos tempranos que afectan la salud, la educación y el proyecto de vida. Las guías de la Organización Mundial de la Salud los consideran apropiados desde la menarquia, siempre acompañados de asesoría integral. Recordemos que iniciar un método no promueve el inicio de la vida sexual; simplemente protege a quienes ya la han iniciado o planean hacerlo.

 

Mito 5: “Hay que descansar de los anticonceptivos hormonales cada cierto tiempo”

No existe evidencia de que “darle un respiro” al cuerpo aporte beneficios. Interrumpir el uso solo aumenta el riesgo de embarazo no deseado. Mientras no haya contraindicaciones nuevas —por ejemplo, hipertensión no controlada o migraña con aura— se puede continuar de forma segura. El seguimiento anual sirve para verificar tolerancia y descartar cambios en tu salud que ameriten ajustes.

 

Mito 6: “Todas las hormonas son iguales”

Existen combinaciones y dosis distintas de estrógenos y progestágenos. Esto significa que, si experimentas efectos secundarios con una presentación, probablemente haya otra opción mejor para ti. Además, métodos como el implante liberan solo progestágeno, ideal para quienes no pueden o no desean usar estrógeno. La variedad permite personalizar el método a tu estilo de vida y antecedentes médicos.

 

Mito 7: “Si uso anticonceptivos hormonales no necesito condón”

Los anticonceptivos hormonales previenen embarazos, ¡pero no infecciones de transmisión sexual (ITS)! El condón es el único método que reduce el riesgo de ITS como VIH, clamidia o sífilis. Para la mayoría de personas sexualmente activas se recomienda la doble protección: condón + método hormonal. Así mantienes tu salud sexual completa.

 

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Lo esencial sobre anticoncepción hormonal

  • Los anticonceptivos hormonales son seguros y altamente efectivos cuando se usan correctamente.
  • La mayoría de los efectos secundarios son infrecuentes, leves y temporales; muchos pueden mitigarse cambiando de formulación.
  • Controles médicos periódicos aseguran que el método elegido siga siendo el indicado para ti.
  • Combinar condón y anticonceptivo hormonal te brinda la protección más completa.

 

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