La sensibilización en derechos propone repensar la sexualidad desde el derecho a decidir
En búsqueda de la equidad
“No me dieron cita”, “no estoy segura de estar afiliada”, “donde vivo no llega el médico”, “no tengo mucha información sobre los métodos anticonceptivos”, “siendo migrante no dan servicio”.
Estas son algunas frases que frecuentemente escuchamos de personas de distintos territorios y contextos, y que nos permiten hacernos una idea del panorama de barreras múltiples que ellas enfrentan en la vivencia de su sexualidad y en la toma de decisiones sobre su reproducción, especialmente en situaciones como la vivencia de un embarazo no deseado, requerir un anticonceptivo o tener dudas sobre infecciones de transmisión sexual.
Todas estas barreras limitan el pleno goce de los derechos de las personas en los territorios y eventualmente pueden implicar que su integridad y su vida corran riesgos.
Reconociendo los obstáculos para el goce de los derechos
Las barreras, además de estar relacionadas con el contexto de vulnerabilidad social y económica que viven muchas mujeres, están vinculadas con otros ámbitos de la vida de las personas, lo que restringe el acceso a información y servicios brindados bajo el marco de derechos.
Usualmente estas barreras están relacionadas con:
- Factores económicos:
En donde las mujeres tienen dificultades para recibir ingresos, conseguir un empleo, asumir costos por servicios de salud o asumir costos de desplazamiento y movilidad.
- Factores sociales – comunitarios:
asociados a las dificultades que pueden enfrentar las mujeres en su entorno social como estigma, discriminación o desatención. Además de eso, en dichos contextos comunitarios pueden estar expuestas a formas de violencia que les impiden acceder a sus derechos y frente a los cuales puede haber una normalización que la ubique en un escenario total de desprotección.
- Factores familiares y/o de pareja:
asociados a falta de comunicación o comprensión frente a sus necesidades en salud y a eventuales riesgos de violencia. También relacionados con que las mujeres no tengan garantizada su privacidad e intimidad y que no puedan expresar fácilmente sus miedos, preocupaciones y necesidades en salud. Fundamentalmente, que no cuenten con redes de apoyo que las sostengan ante una situación como las ya mencionadas.
- Factores institucionales:
asociados a la desprotección (en distintas escalas y dimensiones) que encuentran al solicitar una información o servicio, y al no tener garantía plena sobre sus derechos sexuales y reproductivos, especialmente en algunas instituciones de salud.
- Factores individuales:
asociados a las distintas dimensiones de la salud de las mujeres, que pueden verse afectados (especialmente en lo relacionado con su salud emocional y psicológica) ante situaciones como los embarazos no deseados se pueden ver altamente afectadas. La crisis interna que puede ocasionar una situación como estas puede desencadenar en profundas afectaciones para su salud.
Información y servicios de salud en los territorios
Por eso y como una forma de dar respuesta a estas barreras impactando en la salud sexual y reproductiva de las mujeres, Oriéntame desarrolla brigadas de salud sexual y reproductiva en donde llevamos nuestra atención integral para las mujeres a través de tres componentes:
- Servicios de educación y formación en sexualidad:
Este componente es transversal en la prestación de los servicios médicos, pues es fundamental el trabajo de difusión tanto de los derechos sexuales y reproductivos como de los distintos temas que componen la salud sexual y reproductiva. Por eso en las brigadas incluimos diversas metodologías y estrategias para formar e informar sobre sexualidad.
- Prestación de servicios médicos de SSR:
Este componente permite facilitar el acceso a orientación y suministro de métodos anticonceptivos; orientación sobre embarazo no deseado e Interrupción Voluntaria del Embarazo; asesoría y detección de Infecciones de Transmisión Sexual; y consultas ginecológicas.
- Articulación institucional:
En este componente nos interesa tejer redes. Es decir, realizar articulaciones con distintos sectores de la sociedad y con distintos estamentos del área de la salud y la educación, promoviendo acciones conjuntas que aún después de la terminación de la brigada nos permitan buscar y ofrecer oportunidades de atención para las mujeres y las comunidades.
Estos componentes han sido claves en las Brigadas de salud sexual y reproductiva que hemos desarrollado en distintos departamentos del país como La Guajira, el Atlántico, Norte de Santander, Amazonas, Bogotá D.C., Putumayo, Cesar, Nariño y Tolima; pues nos han permitido brindar atenciones integrales a las mujeres, ofreciéndoles acompañamiento, información y acceso frente a sus necesidades y en un marco de garantía de derechos.
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Fomentamos la autonomía de la mano de la comunidad desde la prevención en salud sexual y reproductiva y la promoción de derechos
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