Un ataque de pánico puede sentirse como si el cuerpo y la mente se descontrolaran de un momento a otro. El corazón late muy rápido, cuesta respirar, las manos sudan y aparece un miedo intenso con o sin razón aparente.

Si alguna vez te ha pasado o has acompañado a alguien en esa situación, es importante saber que no es necesario salir corriendo al hospital, existen formas de recuperar el control de tus emociones y prevenir nuevos episodios.

 

¿Qué es un ataque de pánico?

Un ataque de pánico es una reacción del cuerpo ante una sensación de miedo o peligro extremo que aparece de forma repentina.

Durante algunos minutos, la persona siente que algo grave está ocurriendo, aunque en realidad no haya un riesgo físico real.

Estos ataques pueden presentarse una sola vez o repetirse. Cuando suceden con frecuencia y generan miedo constante a que vuelvan, puede tratarse de un trastorno de pánico, una condición que requiere acompañamiento profesional.

 

Síntomas más comunes

Los síntomas pueden variar de una persona a otra, pero suelen incluir:

• Palpitaciones o sensación de que el corazón late con fuerza.
• Dificultad para respirar o sensación de ahogo.
• Dolor o presión en el pecho.
• Sudoración, temblores o escalofríos.
• Mareo o sensación de desmayo.
• Náuseas o molestias estomacales.
• Hormigueo en manos o pies.
• Sensación de entumecimiento de brazos o piernas.
• Miedo intenso a perder el control o a morir.

Aunque los síntomas pueden asustar, no ponen en riesgo la vida. Generalmente, alcanzan su punto máximo en los primeros 10 minutos y luego van disminuyendo.

 

 

Pánico y ansiedad: ¿es lo mismo?

No exactamente. Conocer la diferencia ayuda a identificar lo que ocurre y a buscar la ayuda adecuada.

La ansiedad es una respuesta que aparece poco a poco ante una situación que preocupa o genera estrés, como una cita médica o una entrevista laboral, que en niveles moderados resulta funcional, pues te aporta energía extra para enfrentar situaciones desafiantes.

Cuando el nivel de ansiedad es excesivo, te es difícil de controlar o se mantiene luego de ocurrida la situación desafiante, hay que considerar buscar ayuda profesional para descartar la existencia de un trastorno generalizado de ansiedad.

El ataque de pánico, en cambio, aparece de manera repentina, sin aviso, y con síntomas físicos muy intensos, aunque de corta duración, minutos, en comparación con los ataques de ansiedad que pueden prolongarse por mucho tiempo, días o meses si no se tratan adecuadamente.

Sin embargo, cuando una persona tiene ataques de pánico repetitivos y vive con el temor constante a pasar por un nuevo ataque, hasta el punto de limitar sus actividades cotidianas, es necesario descartar, mediante valoración profesional, la existencia de un trastorno de pánico.

Y, por otro lado, están las fobias, cuando la persona manifiesta un temor excesivo e irracional frente a objeto animado o no (por ejemplo, las arañas) o situación específica (por ejemplo, la oscuridad).

 

Por qué ocurren los ataques de pánico

No existe una causa única. Un ataque de pánico puede estar relacionado con:

• Situaciones de estrés o experiencias difíciles.
• Cambios importantes en la vida (como una pérdida o una separación).
• Antecedentes familiares de ansiedad o depresión.
• Consumo de cafeína, alcohol o algunas sustancias.
• Problemas físicos que afectan el equilibrio hormonal o neurológico.

A veces, el ataque ocurre sin un motivo claro. En esos casos, el acompañamiento psicológico es fundamental para comprender lo que pasa y aprender a manejarlo.

 

Qué hacer durante un ataque de pánico

Si estás viviendo un ataque de pánico, o acompañas a alguien que lo está atravesando, estas recomendaciones pueden ayudar:
Respirar despacio. Inhala por la nariz contando hasta cuatro, mantén el aire dos segundos y exhala lentamente por la boca.
Buscar una posición cómoda. Sentarse o apoyarse en una superficie firme puede dar sensación de seguridad.
Recordar que pasará. Repetirse mentalmente que se trata de un ataque de pánico y que el cuerpo se calmará.
Enfocarse en el presente. Mirar un objeto, sentir la respiración o tocar una textura ayuda a recuperar el control.
Pedir acompañamiento. Si hay alguien cerca, comunicar lo que está ocurriendo puede brindar calma.

Si acompañas a alguien que está pasando por un ataque de pánico, lo más importante es mantener la calma, hablar con voz tranquila y ofrecer apoyo sin juzgar. No es útil decir “no pasa nada”; es mejor decir “estoy aquí contigo, esto va a pasar”.

 

Cómo prevenir nuevos ataques

Existen estrategias que pueden ayudar a reducir el riesgo de nuevos episodios y mejorar el bienestar emocional:

Terapia psicológica. Especialmente la terapia cognitivo-conductual, que enseña a identificar pensamientos y reacciones que provocan ansiedad.
Hábitos saludables. Dormir lo suficiente, comer bien y reducir el consumo de café o alcohol.
Actividad física regular. El ejercicio ayuda a liberar tensión y mejora el estado de ánimo.
Técnicas de relajación. La respiración consciente, ejercicios de atención plena o la meditación pueden ser útiles.
Apoyo emocional. Hablar con familiares, amistades o grupos de apoyo puede aliviar la carga emocional.

 

Cuándo buscar ayuda profesional

Si los ataques de pánico son frecuentes, interfieren con tus actividades diarias o te generan miedo constante, es importante buscar ayuda profesional.

Los equipos de salud mental —psicología o psiquiatría— pueden orientar, acompañar y ofrecer tratamientos efectivos.

Pedir ayuda no es señal de debilidad. Es un acto de valentía y autocuidado. Con apoyo profesional y las estrategias adecuadas, es posible recuperar la tranquilidad y mejorar la calidad de vida.

 

Estamos para acompañarte, pregúntanos todo lo que necesites sobre el servicio de atención psicológica. Habla con una asesora llamando al teléfono fijo 601 744 7633 o escribe vía WhatsApp (+57) 313 488 8475. Oriéntame es tu lugar seguro.

Fuentes:

Crisis de pánico y trastorno de pánico, 2023, Manuales MSD. Disponible en https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-psiqui%C3%A1tricos/trastorno-de-ansiedad-y-trastornos-relacionados-con-el-estr%C3%A9s/crisis-de-p%C3%A1nico-y-trastorno-de-p%C3%A1nico

Trastornos de ansiedad, OMS, 2025. Disponible en https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/anxiety-disorders

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