El golpe desigual del coronavirus

Los desafíos que representa la pandemia por COVID-19 en entornos humanitarios, como la los servicios de educación o salud, tomadores de decisiones y formuladores de políticas públicas, responsables de los sistemas de salud, donantes y cooperantes internacionales y profesionales de la salud una comprensión sensible de las inequidades que representa para ciertos grupos poblacionales el acceso a servicios esenciales.

En el caso de la salud sexual y reproductiva la pandemia restringe en forma más severa las oportunidades de acceso a servicios por parte de mujeres y niñas. Por lo que los diferentes  responsables de garantizar la atención deben equilibrar las tensiones del sistema de salud en medio de la pandemia y asegurar la respuesta oportuna a las necesidades especiales.

 La salud sexual y reproductiva en crisis sanitaria

Esto implica crear estrategias para mitigar la afectación específica que trae la emergencia sanitaria en este segmento de la población.

Entre otros servicios, en este contexto se hace necesario intervenciones con enfoque de género para:

  • Prevención y atención de los efectos de la exacerbación de las  violencias sexuales y de género (refugio seguro, provisión de medicamentos y tratamiento para el efecto de estas violencias).
  • Servicios de detección y tratamiento de infecciones sexuales.
  • Suministro de asesoría y métodos anticonceptivos.
  • Provisión de insumos sanitarios para la higiene menstrual.
  • Atención para un embarazo y partos seguros.
  • Acceso temprano a información y tratamientos para la interrupción voluntaria del embarazo.
  • Atención médica y psico-social post aborto.

A respecto la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO, por sus siglas en inglés) ha señalado que:

<<Independientemente de estas limitaciones (por COVID-19), las mujeres siempre necesitarán atención médica sexual y reproductiva, incluido el acceso a abortos seguros.>>

Comité de FIGO sobre aborto seguro, 30 marzo 2020

Aborto legal es servicio esencial

En el caso del aborto, la crisis social por el COVID-19 se prevé un aumento en el número de embarazos no planeados y en consecuencia en las necesidades de atención para un aborto seguro. A nivel mundial, alrededor de 150,000 embarazos terminan en aborto todos los días. Y a medida que se agudiza la crisis aumentan también la congestión de los servicios de salud, baja la disponibilidad de profesionales de salud, aumentan las demoras en la atención básica, disminuye la provisión de anticonceptivos, se decretan limitaciones en la movilidad y el desplazamiento como el cierre de fronteras, se reduce la capacidad económica en especial de las personas que subsisten de  economía informal.

Todo ello sin duda significará un aumento en las necesidades de aborto seguro y remarcan la importancia de entender este como un servicio de salud esencial, pues una demora en la atención relega a las mujeres o a una maternidad forzada en contravía de sus posibilidades y su deseo o a los riesgos de una borto inseguro, por fuera de las garantías del sistema de salud.

Cuando el aborto se brinda a cargo de un profesional calificado y con entrenamiento  y se usan técnicas modernas y de seguridad verificada suele ser un evento médico de bajo o muy bajo riesgo, incluso menor al riesgo de una gestación llevada a término. Pero si los  servicios no están disponibles en estas condiciones las mujeres, sus familias y los servicios de salud sufrirán las consecuencias.

<<Durante esta pandemia de COVID-19, la telemedicina ofrece un medio para proteger a las mujeres y satisfacer sus necesidades críticas de atención médica.>>

Comité de FIGO sobre aborto seguro, 30 marzo 2020

 Telemedicina una alternativa segura para el aborto con medicamentos

Se ha demostrado en numerosos experiencias alrededor del mundo  que, al menos en el primer trimestre de gestación, la atención médica presencial no es indispensable. Y la necesidad de una adecuada valoración médica inicial, previa a la prescripción de un tratamiento medicado para interrumpir el embarazo, puede resolverse fácilmente de forma remota.

Países como Australia, India, Reino Unido, Estados Unidos ya han implementado protocolos de atención de aborto seguro por telemedicina.

Estos cambios en los protocolos de atención no solo representan una alternativa segura para las mujeres, viable técnicamente para los servicios de salud, además también sería una alternativa para la descongestión del sistema en un momento donde se requiere guardar la distancia física y otras medidas para la contención de la propagación.

En resumen, los servicios de salud sexual y reproductiva, como el aborto legal, durante las crisis sanitarias son más importantes que nunca y sostener el acceso o implementar mecanismos alternativos de atención es viable con modalidades  como la telemedicina. Dependerá de la voluntad política de los tomadores de decisiones y administradores de recursos del sistema de salud que se hagan una realidad para mujeres y niñas.

Además ya nos enseña la historia que grandes avances sanitarios surgen en tiempos de crisis como las guerras o las pandemias, por lo que el impulso que pueda darse a la atención por telemedicina podrá demostrar que esta es una estrategia que llegó para quedarse y los aprendizajes podrán aportar en la mejora de oportunidad y acceso en otros campos de la atención básica en salud cruciales como la salud sexual y reproductiva.

Fuente: Acceso al aborto y seguridad con COVID-19, FIGO Statement, 30 de marzo de 2020. Publicado en: https://www.figo.org/es/acceso-al-aborto-y-seguridad-con-covid-19

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